Carlos Alejandro, un Leone en el arco.

6 jun 2012

Solo sobresale entre en el resto de la gente neuquina por su gran estatura y su ancha espalda, aquel que alguna vez fue el defensor del arco de grandes equipos latinoamericanos o de la selección argentina. También, fue aquel en quien el Doctor Bilardo puso sus ojos para que fuera el uno de su team.

Con una bolsa de pan en la mano izquierda y trancos largos pero lentos, debido al camino empinado que lo dirige a CAFIM, a metros de la Universidad Nacional del Comahue. Así es como se presenta Carlos Leone a su lugar de trabajo, todas las mañanas.

Oriundo de la particular provincia de Córdoba, confiesa que desde chico, cuando jugaba en los potreros, su principal amigo siempre fue el arco. Ya adolescente y a finales de la década del 60’, fue a probar suerte a La Plata, donde desarrollo enormemente sus habilidades en el club más importante de la ciudad: Estudiantes.

Nacimiento pincharrata

Desde la cantera pincharrata, Leone fue testigo del inolvidable “Estudiantes de Zubeldía”. Este equipo pasó a la historia por ser el primer campeón argentino no grande, tricampeón de América y campeón del mundo. Logros alcanzados de la mano de su DT Osvaldo Zubeldía, el creador Juan Ramón “la Bruja” Verón y el arquero Alberto Poletti, quien dejó un legado de envidiables conocimientos, acerca de los secretos de la portería, a Carlos.

El año 71’ encuentra a Leone dueño del arco más importante de La Plata. Esta situación le abrió las puertas a la selección juvenil. Ese mismo año, disputó como titular el Preolímpico de Montreal, donde la Argentina perdió la final en el último minuto contra Colombia, quedando en las puertas de la clasificación.


Por ese entonces, se hacía conocido un tal Carlos Salvador Bilardo como entrenador del pincha.  “Más de mil historias” sería un buen título para definir las experiencias de cualquier jugador que haya disfrutado ser dirigido por este personaje del fútbol argentino.

Cuenta la anécdota que a Estudiantes le tocó ir de pretemporada a Estados Unidos, donde se enfrentó con el Nápoli de Italia en tres oportunidades. En la última de ellas, cuenta Leone: “se armó una bataola bastante grande y tuvimos que pelear. Había mucho italiano, la pasamos bastante mal porque se metió mucha gente a la cancha. Nos querían meter presos, pero Bilardo agarró una piedra y me pegó en la rodilla, para decir que nos habían agredido y zafar de la policía. Tardamos dos horas y media, pero pudimos salir del estadio”.

Leone se metió a la hinchada en el bolsillo atajando un penal, pero no uno cualquiera. Deteniendo un remate desde los doce pasos, contra su clásico rival Gimnasia de La Plata, cortó el record que hasta hoy conserva José Leonardi: el de 24 penales convertidos consecutivamente, lo que además valió la victoria de su equipo.

De Avellaneda a Colombia

A pesar de sufrir algunas lesiones, conservó la titularidad hasta mediados del 75’, cuando se concretó su paso a Racing Club, siendo esta la más alta transferencia de la temporada, económicamente hablando. Durante un año y medio alternó en el arco de la Academia, que como hasta el día de hoy “armaba buenos equipo y tiene una hinchada muy linda, pero siempre está de mitad de tabla para abajo”, cuenta nuestro golero.

En el 77’, nuevamente Bilardo pone los ojos en Leone. Esta vez, haciendo lo imposible para llevárselo a Colombia, precisamente al Deportivo Cali. Allá, Carlos se encontró con un mundo deportivo totalmente diferente y complicado socialmente, pero encontró su más importante etapa como profesional. Por ese entonces, en el país colombiano la droga para consumo personal estaba permitida. Esta situación conllevaba a tener poco compromiso profesional. Leone recuerda a Caicedo, apodado “la mosca”, porque “cuando no había se volaba”. 

En el arco de Cali, consiguió coronarse como campeón del torneo nacional y avanzó hasta las semifinales del campeonato más importante de América: la Copa Libertadores, logro que ningún equipo colombiano había conseguido hasta entonces. En el certamen quedó afuera contra Boca Juniors, con otro gol agónico, esta vez de media distancia y producto de la derecha de Francisco “Pancho” Sá. Ese gol “Sin dudas, el más doloroso que sufrí”, cuenta el ex arquero, le valió el repudio de la hinchada local, a pesar de haber desempeñado buenas actuaciones, y, posteriormente, el regreso a la Argentina. Jugó unas temporadas en la B Nacional, defendiendo los colores de Atlanta.

En Colombia, sufrió al Bilardo más cabulero. Desde que las familias de los jugadores debían ocupar siempre el mismo lugar en la cancha, con la misma ropa, los niños concurrir con los mismos juguetes o las niñas con la misma muñeca, hasta localizar la vivienda del maquinista del tren, que cerca del entrenamiento pasaba, para que pasara de ahí en más a la misma hora o prohibirle a Leone la mismísima luna de miel con su flamante esposa.

El final en Neuquén

El ocaso de su carrera lo encontró en la región, donde se quedó a vivir para siempre. Sus últimos partidos los disputó en el Club Pacífico (donde salió campeón en el 87, atajando otro penal clave) y en el Club Centenario (donde fue arquero y técnico a la vez). Alejándose por los malos resultados a finales de la década del 80’, para desempeñarse como entrenador de arqueros en instituciones deportivas de Neuquén.

Más allá de que hubiera preferido otro final para vida deportiva dentro de las canchas, Leone admite que se lleva los mejores recuerdos y afectos del fútbol.

Hoy es un imperceptible vecino más de la Ciudad de Neuquén.


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7 comentarios:

  1. Me gustó leer éste artículo que cuenta un poco sobre ese arquero que nos regaló muchas satisfacciones con el Deportivo Cali mi equipo amado.Saludos a Carlos Leone a quien se le recuerda con mucho cariño.

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  2. Lástima que no mencionan a Alianza de Cutral Có como otro equipo neuquino donde jugó y fuimos compañeros....(entre Pacífico y Centenario)

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  3. Después de ese gol que le hizo Pancho Sa, empezaron a llamarlo El Ciego Leone porque dicen que no vio el remate.

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  4. Tambien custodio el arco del Deportivo Independiente Medellin. El equipo de mis amores.Me regalo unos guayos, eran enormes despues de cobrarle un penalti jaaaa. Una gran persona y muy humano.
    Creo q compartia el arco con luis geronimo lopez. Gustavo A. Gonzalez Calle medellin, colombia

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  5. Nosotros amigos del barrio altamira cordoba lo visitábamos frente de la plaza y nos atendía en ese entonces eramos todos hinchas de estudiantes hoja leas este mensaje gringo

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  6. Mi nombre Miguel cordoba y te hablábamos con jorge aliendo tu vecino aquí en barrio altamira cordoba saludos

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  7. Lo vi atajar año 75 racing 5 independiente 4

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